Lo que me gustaría que mi yo de 10 años supiera sobre su cuerpo

Era quinto curso y estábamos en medio de uno de esos infames inviernos de Chicago. Llevaba un feo jersey de cuello alto del que me sentía muy cohibida. Me sentía aún más cohibida por ello mientras me ponía enferma en el pasillo de mi escuela primaria. Hasta el día de hoy, mi corazón está con el conserje que tuvo que limpiar mi desayuno a medio digerir de los pasillos alfombrados de la escuela.

Ni que decir tiene que me fui a casa enferma, pero no entendería lo que me perdí aquel día hasta los veintitantos.

En noviembre de 2019, me diagnosticaron Síndrome de Ovarios Poliquísticos (SOP), y aunque he aprendido que este es un diagnóstico cada vez más común entre las mujeres jóvenes de todo el mundo, luché por entender por qué me tomó hasta los 25 años notar que algo andaba mal.

He tenido periodos irregulares toda mi vida, y eso siempre fue normal para mí. Cuando los médicos me preguntaban por las irregularidades, les decía que nunca había tenido la regla meses seguidos, y siempre se encogían de hombros diciendo que "no era para tanto" o que "así es tu cuerpo".

Lo que me gustaría poder decirle a mi yo de 10 años es, que es un muy gran cosa, y este fue un signo extremadamente temprano y revelador de SOP. El síndrome de ovario poliquístico se manifiesta de forma diferente en cada persona. Afecta a las hormonas y tradicionalmente aumenta los niveles de hormonas masculinas (andrógenos) (mis niveles de testosterona eran el doble de lo que deberían haber sido, mientras que mis niveles de andrógenos eran 4 veces más altos de lo normal). Y déjenme decirles que lo sentí.

A los 25, no podía controlar mis emociones, la ansiedad era máxima y me sentía, bueno, deprimida. Y cuanto más pensaba en ello, más me daba cuenta de cuánto tiempo llevaba sintiéndome "mal". Es como si hubiera pasado de ser un niño feliz a un adolescente inseguro, triste y enfadado que no se divertía; y luego me transformé en un adulto inseguro, triste y enfadado que no se divertía...

Volver a casa enferma con mi feo jersey de cuello alto significaba que mi yo de 10 años se perdería la excursión de educación sexual. Esa en la que te hablan de la pubertad, la menstruación, las fluctuaciones del estado de ánimo y cómo cuidar tu cuerpo mientras experimentas estos cambios. Esa en la que habría aprendido que tener la regla cada mes significa que estás sana y que tu cuerpo funciona como debe. Y lo que es más importante, habría aprendido que no tener la regla todos los meses es motivo de preocupación.

La buena noticia es que lo tengo bajo control. Mi endocrino y yo tenemos un plan de tratamiento y ya me siento mejor. Lo frustrante es que esto se podría haber evitado si yo o mis padres hubiéramos tenido la información correcta sobre salud reproductiva. Estoy agradecida por haber encontrado a un especialista que sabía exactamente cómo ayudarme, pero me entristece que mi cuerpo haya estado fuera de control durante casi 20 años.

Para más información sobre el síndrome de ovario poliquístico enlace.

Para más información sobre los programas de pubertad de Candor Health Education, siga este enlace enlace.

Escrito por: Laura Benn-Coordinadora de medios sociales, Candor Health Education

 

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