¿Has oído las noticias? La pubertad, ese periodo de tiempo en el que los niños inician el alocado viaje hacia la edad adulta, está empezando antes y dura más que la pubertad que probablemente experimentaste tú.
En las últimas décadas, los estudios han cuestionado el antiguo punto de referencia puberal creado en la década de 1940 por los pediatras. endocrinólogo Dr. Joseph Tanner, que determinó que la edad media de aparición era de 11 años para las niñas y 11,5 para los niños.
Nuevos estudios, como los de la endocrinóloga pediátrica Marcia Herman-Giddens y la asistente médica Louise Greenspan, han determinado que la pubertad comienza mucho antes que antes, una media de dos años antes tanto para los niños como para las niñas. Aunque las investigaciones actuales apuntan a varias causas, como los alteradores endocrinos, el estrés crónico y el uso excesivo de antibióticos, para explicar este cambio (La nueva pubertad), tendremos que esperar a que la ciencia nos lo confirme con certeza.
¿Por qué es importante conocer esta información como padres, educadores y tutores? Porque, a la luz de estos nuevos hallazgos, tenemos que plantearnos hablar de los cuerpos, de lo que hacen, de cómo cambian y de cómo cuidarlos antes de lo que hubiéramos creído necesario.
Lo ideal sería que esta información no procediera de una sola fuente, sino de varias, incluidos padres, tutores y educadores. Abordar temas delicados y mantener conversaciones establece un nivel de confianza con nuestros alumnos que aumentará la probabilidad de futuras conversaciones. Abra esa puerta y manténgala abierta. La comunicación es la clave.
¿Cuánta información se comparte y cuándo? Los padres, tutores y educadores deciden el grado de detalle y el momento en que se introducen estos conceptos, pero lo ideal es que se produzca antes de Los alumnos comienzan su viaje puberal y se desarrollan con el tiempo. La información sobre el funcionamiento del cuerpo y los cuidados necesarios debe ser adecuada a la edad.
El acceso de los alumnos a la información es primordial. Enseñar a los alumnos sobre la pubertad y los cambios que conlleva permite comprenderlos y normalizarlos. Además, los alumnos aprenden nuevas formas de cuidar su cuerpo y sus sentimientos, y adquieren confianza en sí mismos y autonomía.
No hay que olvidar los altibajos emocionales que acompañan a los cambios físicos que se producen. Aunque el viaje emocional de la pubertad puede describirse como lleno de altibajos, como una montaña rusa en un parque de atracciones, es importante señalar a los niños que esto también puede presentarse de otras formas, desde el deseo de retraerse hasta sentimientos de soledad y temperamento más débil.
Aunque a ningún estudiante le gusta sentir que sus emociones y su capacidad para regularlas están bajo asedio, es tranquilizador saber que esto viene con la pubertad y es normal, al igual que es normal buscar el apoyo y la orientación de adultos de confianza para navegar por este nuevo territorio.
Aunque el cuerpo y los sentimientos cambien antes, hay que tener en cuenta que el desarrollo cronológico del cerebro sigue siendo el mismo. Algunos niños pueden parecer mayores de lo que son. Es importante tratar a los niños a la edad que tienen, no a la que aparentan.
La pubertad no comienza a una edad específica, sino dentro de un amplio rango de edades, lo que significa que cada niño tendrá su propia experiencia emocional, física y social. Dadas las nuevas investigaciones, es hora de empezar a considerar si estamos iniciando la conversación a tiempo para apoyar a nuestros niños más precoces y, en caso contrario, cómo podemos adaptarnos.
Para más recursos sobre la pubertad, visite este enlace: https://candorhealthed.org/puberty-resources-2024/
Escrito por: Susan Foley, Educadora Sanitaria