Convertirse en un "adulto que pregunta"

Uno de los consejos más comunes que se dan a padres, tutores, profesores, abuelos y demás es ser un "adulto al que se le puede preguntar". En pocas palabras: Un adulto al que los jóvenes ven como accesible, y al que se sienten cómodos haciendo cualquier pregunta. Cuando los niños son pequeños, el papel de "adulto que pregunta" es fácil. "¿Por qué el cielo es azul?", "¿Por qué la gente lleva gafas?", "¿Por qué las manzanas son rojas?". ...vale, puede que las preguntas no sean fáciles, pero desde luego son más fáciles que los temas cuando se hacen mayores.

Es durante la preadolescencia/adolescencia cuando intentar ser un "adulto que pregunta" puede empezar a resultar difícil. Es una época en la que los jóvenes tienen más preguntas sobre drogas/salud sexual y es probable que recurran a Internet en busca de respuestas. Si no encuentran lo que buscan o si la información es confusa, esperamos haber demostrado ser "adultos a los que se puede preguntar" y que acudan a nosotros en busca de claridad.

La investigación ha demostrado sistemáticamente que los adultos de confianza en la vida de un adolescente ocupan un lugar destacado cuando se trata de influir sobre temas como las drogas y la salud sexual (los padres/tutores encabezan la lista seguidos de los amigos, los líderes religiosos, los medios de comunicación y los profesores). No tenemos ningún control sobre el hecho de que los amigos y los medios de comunicación sirven como fuente de información y siempre formarán parte de la vida de un joven (con información buena y mala), sin embargo, podemos seguir afinando nuestras habilidades como "adultos preguntones".

Consejos para adultos preguntones

  • Responder a las preguntas que se le formulen

No es fácil plantear preguntas a adultos de confianza, así que siempre que se presenten, hay que abordarlas. Aunque el momento no sea el ideal. Diga algo como "Gracias por preguntarme. Tengo que irme a trabajar ahora mismo, pero te enviaré un mensaje de texto durante la pausa para comer y también podemos hablar de esto más tarde esta noche". Ten en cuenta que algunos jóvenes pueden esperar a los momentos en que saben que estamos ocupados para acercarse a nosotros. Hacerlo les da la posibilidad de desahogarse sabiendo que la conversación no tendrá que producirse en ese momento.

  • No actúe basándose en suposiciones

Es normal preguntarse por qué un joven hace una pregunta sobre drogas u otros temas, pero lo primero que hay que hacer es dar una respuesta a la pregunta concreta. Profundizar demasiado en el motivo de la pregunta puede hacerles sentir que necesitan divulgar información con la que aún no se sienten cómodos. Empiece con las preguntas que quieren que se respondan y, cuando estén preparados, puede que quieran compartir el resto de la historia. Hacerlo de forma sistemática puede aumentar su visibilidad como fuente de información sin prejuicios.

  • Aceptar el impacto de la tecnología

Ahora, más que nunca, es importante que los adultos de confianza proporcionen a los jóvenes información precisa. Sé sincero cuando no sepas algo. Hoy en día la información está al alcance de nuestra mano y si un joven descubre que se le ha dado información errónea puede dudar en plantearnos preguntas en el futuro.

  • Eliminar el género de la ecuación (temas de salud sexual)

Es habitual que los jóvenes oigan cosas como "necesitas a un hombre/mujer que te hable de eso". Este tipo de comentarios suelen provenir de un lugar positivo y del deseo de crear consuelo, pero dar la impresión de que no eres una buena fuente de información sobre ciertos temas puede hacer que los jóvenes se abstengan de hacerte preguntas en el futuro. Los temas que generalmente se refieren a un género específico giran en torno a temas de salud sexual como los cambios de la pubertad (periodos, erecciones, etc.), ya que el conocimiento práctico como hombre o mujer, a veces llega muy lejos.

Como "adulto que pregunta", puede que no tengas todas las respuestas, pero eres alguien en quien se puede confiar para ayudar. Del mismo modo que si un joven viniera a nosotros necesitando asistencia médica, muchas veces no tenemos los conocimientos necesarios para ayudarle, así que llamamos al 911. Una vez que llega la ayuda, no dejamos que el joven se las arregle solo... nos unimos a él y le ayudamos. Una vez que llega la ayuda, no dejamos que el joven se las arregle solo... nos unimos a él y adquirimos los conocimientos necesarios para trabajar juntos por su salud general. Adoptar este mismo enfoque para proporcionar información a los jóvenes sobre temas de salud sexual deja la puerta abierta a ser un "adulto que pregunta" que no sólo mejora la información proporcionada, sino que también proporciona una visión de los temas que son "prioritarios" para estos jóvenes.

Escrito por: Lance Williams-Director de Educación, Candor Health Education

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