Enero es el mes de los propósitos. Normalmente se centran en nuestra salud física, comer mejor, hacer más ejercicio, etc. Pero, ¿qué tal si nos proponemos algo que se centre en nuestro bienestar mental? ¿Y si nos propusiéramos tener una mentalidad más positiva? A medida que nos adentramos en un nuevo año con los diversos factores de estrés que todos seguimos encontrando, es más importante que nunca que aprendamos a centrarnos en lo que podemos controlar e inclinarnos por el optimismo y la positividad.
Si alguna vez se ha obsesionado con lo que está mal en su vida o con un error que ha cometido, no está solo. Las personas tienden a prestar más atención a los acontecimientos negativos que a los positivos, aprenden más de los resultados o experiencias negativas y toman más decisiones basadas en información negativa. Esto se debe a la ciencia biológica: nuestro cerebro procesa más activamente la información negativa y, por lo tanto, puede moldear más nuestras actitudes y comportamientos. (Verywell Mind, abril de 2020)
Aunque el cerebro humano tiende naturalmente a centrarse en lo negativo, las investigaciones demuestran que el pensamiento positivo puede cultivarse. He aquí algunas estrategias de eficacia probada para "entrenar" al cerebro a centrarse en lo positivo:
Autoconversación positiva
¿De qué se trata? Todo el mundo habla de sí mismo, es nuestra voz interior que a menudo "oímos" aunque no diga nada en voz alta. Practicamos la autoconversación positiva cuando nos centramos en nuestros puntos fuertes y vemos las cosas con una actitud optimista.
¿Cómo se practica? Escucha lo que te dice tu voz interior. ¿Hay alguna prueba de ello? ¿Qué le diría a un amigo en una situación similar? En lugar de decir "nunca podré hacer esto". Pregúntate: "¿Hay algo que pueda hacer que me ayude a hacerlo?". Intenta hacer una lista de las cosas que se te dan bien y colócala en algún sitio donde la veas a diario.
Reformular la situación
¿De qué se trata? Es el momento en el que reflexionas sobre lo que ha ocurrido y lo pones bajo una luz más positiva. Reconoces que no puedes cambiar lo que ha ocurrido, pero lo asumes y sigues adelante.
¿Cómo se practica? Haz una reevaluación de la situación. Piensa qué aprenderás o qué ganarás al atravesar una situación difícil. Por ejemplo, la pandemia ha sido dura y estresante a veces, pero ¿cuáles han sido algunas de las cosas buenas que han surgido de ella, como más tiempo con la familia y horarios de trabajo más flexibles? ¿Cuáles son los puntos fuertes y los conocimientos que hemos adquirido en una situación y que podemos trasladar a situaciones futuras?
Gratitud
¿De qué se trata? La gratitud consiste en apreciar las cosas buenas de nuestra vida.
¿Cómo se practica? Lleva un diario de agradecimiento y escribe cada día las cosas por las que estás agradecido. Concéntrate en tus sentidos. Gracias a nuestra capacidad de ver, oír, tocar y saborear, apreciamos todas las maravillas que nos rodean. Comparte tu gratitud con los demás: dales las gracias y hazles saber lo que aprecias de ellos.
Los estudios han demostrado que, si se hace un esfuerzo consciente por centrarse en lo positivo, se mejora la autoestima y se es más capaz de superar los retos de la vida. El pensamiento positivo también tiene otros beneficios para la salud, como la mejora del sistema inmunitario y la disminución del estrés y la ansiedad. Así que, cuando te propongas tus objetivos para el nuevo año, te animo a que tengas en cuenta estas sabias palabras del Dalai Lama:
"Es muy importante generar una buena actitud, un buen corazón, en la medida de lo posible. De ahí vendrá la felicidad tanto a corto como a largo plazo, tanto para uno mismo como para los demás."
Escrito por: Katie Gallagher-Director de Educación, Candor Health Education