¿Qué adulto no ha oído alguna vez el suspiro de un joven al que le acaban de recordar la necesidad de ser precavido con los demás? El suspiro suele ir seguido de la frustrante tranquilización del joven: "No te preocupes, yo me encargo". El impulso hacia la independencia es una parte natural del desarrollo humano, como lo es la inclinación de los adultos a proteger y apoyar a nuestros jóvenes. Aunque las advertencias de no hablar con extraños ni aceptar caramelos de ellos nunca fueron suficientes para dotar a nuestros jóvenes de las habilidades necesarias para mantenerse a salvo, el mundo actual exige habilidades para desenvolverse no sólo en los encuentros en persona, sino también en los encuentros en línea.
Un rápido repaso a los sitios web revela multitud de estrategias eficaces de seguridad en línea para compartir con los jóvenes. Una táctica que suele dar buenos resultados y que los padres suelen elegir es crear un conjunto de "cinco reglas" para la interactividad en línea. Algunas de esas reglas pueden ser:
- Nunca publiques información personal ni fotografías.
- Utiliza siempre el nivel más seguro de configuración de privacidad.
- Nunca compartas contraseñas y cámbialas a menudo.
- Recuerde que las personas en línea pueden no ser quienes dicen ser.
- Si algo te parece mal, te asusta o te resulta extraño en una conversación o un encuentro en línea, confía en tu instinto y acude a un adulto de confianza para que te ayude.
Crear un top 5 es un buen comienzo. Es lo bastante sencillo para que los jóvenes lo recuerden y lo bastante manejable para que un adulto lo supervise y apoye. A principios de este año, la psicóloga e investigadora pediátrica Claire Coyne, del Hospital Infantil Lurie de Chicago, compartió los resultados de una encuesta realizada a 2.000 padres sobre sus preocupaciones y retos en la crianza de los hijos en la era de las redes sociales. Una cosa que recordó a los adultos fue: "Los padres también tienen que pensar en lo que están modelando para los jóvenes en su casa."
Está claro que examinar el propio comportamiento adulto es más difícil que crear y compartir una lista de las cinco mejores estrategias de seguridad. Los adultos pueden empezar por considerar su uso de Internet en términos de tiempo dedicado y adhesión a las mismas prácticas de seguridad que se esperan de los jóvenes. Es importante recordar que los adultos no son inmunes a la explotación en línea y a las influencias que pueden afectar negativamente a su salud física, social y mental.
La encuesta de Lurie a los padres reveló que 45% de los padres compartían la preocupación de que, debido a la actividad en línea, sus jóvenes se sexualizaran demasiado pronto y 41% expresaron su preocupación por la exposición a depredadores sexuales. Son preocupaciones razonables y requieren que los adultos se planteen si son adultos "preguntones". Puede que no sea fácil hablar de sexualidad con preadolescentes y adolescentes, pero es vital para su seguridad y su salud. Los jóvenes tienen que tener en sus vidas a un adulto de confianza "al que puedan preguntar". No es necesario que estos adultos tengan todas las respuestas, sino que estén dispuestos a escuchar y a colaborar con el joven para encontrar información y soluciones.
Los jóvenes que cuentan con adultos de confianza en sus vidas pueden seguir respondiendo a los recordatorios de seguridad con un "no te preocupes, yo me encargo", pero mantener una comunicación continua y significativa, incluso sobre temas delicados como la sexualidad, hace que sea más probable que esos jóvenes tengan razón, que "se encarguen de esto". También aumenta la probabilidad de que, cuando esos jóvenes se sientan inseguros o en apuros, busquen y confíen en la opinión y el consejo de sus adultos, en lugar de desestimarlos.
Escrito por: Betty Barsley-Marra-Educadora sanitaria, Candor Health Education