Yo era un niño raro. No como, ponerme espaguetis en la cabeza durante la cena sólo para echarme unas risas raro; más bien hacerle preguntas aleatorias a mi madre que ella no vio venir raro. Por ejemplo, la vez que le pregunté qué era el semen.
Mis pobres padres. Acorralados por un niño que no paraba de hacer preguntas. Le hacía preguntas a mi madre sobre el vello púbico. Le pregunté qué quería decir cuando me dijo que mi hermano y yo no estábamos "planeados". Le pregunté a mi padre por qué a los chicos les duele tanto cuando les pegan "ahí abajo", y la lista continúa.
A una edad temprana, me di cuenta de que sus cerebros adultos se aceleraban cuando estas preguntas salían volando de mi boca. Incluso había momentos en los que yo hacía una pregunta y ellos parecían haber visto un fantasma... Pero eso nunca les impidió responder a mis preguntas.
Ahora tengo 27 años y reflexiono sobre lo que deberían haber sido conversaciones muy incómodas con mis padres. Reflexiono sobre el hecho de que recuerdo más las respuestas a esas preguntas que la incomodidad que cualquiera de nosotros pudo sentir en ese momento. Ahora me doy cuenta de que hizo lo veían venir, y aunque puede que no siempre se sintieran preparados con las respuestas "correctas", sabían que el hecho de que yo acudiera a ellos con estas preguntas significaba que me sentía lo suficientemente seguro como para preguntar, y cómo que respondieran sería el factor determinante de si seguiría buscándoles respuestas.
Un gran ejemplo es la historia del semen: Cuando estaba en clase de gimnasia en 6th Los nombres de nuestros profesores de gimnasia estaban colgados en la pared con letras individuales. Un payaso de la clase cambió el nombre de nuestro profesor para que dijera "semen". Todos los chicos se reían y se echaban unas risas... Yo no lo entendía. Así que fui a casa y le pregunté a mi madre: "¿Qué significa semen?". Se detuvo un momento y, como mujer inteligente que es, hizo una pregunta aclaratoria antes de responder: "¿Te refieres a un marinero en un barco?".
Genio.
"No lo creo..." respondí. Le conté la escena de la clase de gimnasia y entonces me explicó que el semen es un fluido que contiene espermatozoides, y esto es lo que viaja hasta el óvulo para crear un embarazo.
Mi respuesta tras su explicación fue súper simple: "Oh", dije, "vale". - y seguí con mi día.
Ella no empujó la conversación más allá, de hecho, mis padres siempre me dejaba tomar las riendas de cuándo terminaban estas conversaciones, por lo que siempre me sentía seguro haciendo preguntas.
Creo que a veces los adultos pensamos demasiado estas cosas, o sentimos que tenemos que explicar toda la historia de principio a fin de una sentada, cuando en realidad, tus 6th alumno de primaria quizá quiera entender qué le hacía tanta gracia en clase de gimnasia.
Cuando los jóvenes acudan a ti en busca de respuestas, aquí tienes 5 consejos para mantener la sensatez cuando su hijo le plantee preguntas sobre sexo de Deborah Roffman, educadora en sexualidad humana, consultora y autora que fue nombrada una de las La revista Time "Dieciséis expertos en crianza para el siglo XXI".
- Afirmación - Los niños y adolescentes necesitan que los adultos les reconozcan y validen, así como su particular etapa de crecimiento y desarrollo.
- Información - Los niños y adolescentes necesitan que se les proporcionen conocimientos y conceptos objetivos de forma continua y adecuada a su edad.
- Aclaración de valores - Los niños y adolescentes necesitan que los adultos articulen claramente los valores de sus padres y aclaren e interpreten los valores y sistemas de valores de la cultura que les rodea.
- Ajuste del límite - Los niños y adolescentes necesitan que los adultos creen un entorno sano y seguro estableciendo y reforzando normas y límites adecuados a su edad.
- Orientación anticipada - Los niños y adolescentes necesitan que los adultos les ayuden a aprender a evitar o manejar situaciones potencialmente perjudiciales, y a prepararse para los momentos en que tendrán que depender de sí mismos para tomar decisiones responsables y saludables.
Para obtener más recursos y consejos sobre cómo mantener conversaciones sobre sexo con los jóvenes, visite nuestra página de recursos para padres: https://candorhealthed.org/parent-information/family-resources/resources-sex-education/
Referencias:
Las cinco necesidades básicas de la infancia y la adolescencia: Extraído de: Sex and Sensibility: The Thinking Parent's Guide to Talking Sense About Sex, de Debbie Roffman. https://sexandsensibility.net/wp-content/uploads/2012/06/FiveCoreNeeds.pdf
Escrito por: Laura Benn-Coordinadora de medios sociales, Candor Health Education