Un riesgo especial para los jóvenes

Escrito por: Katie Gallagher-Directora de Educación Sanitaria, Candor Health Education

¡Qué rico! Los ositos de gominola, los brownies y las galletas son las golosinas favoritas de los niños, pero cuando están infusionados con marihuana, envueltos en envases apetitosos y cada vez más accesibles, estamos creando una situación especialmente peligrosa. ¿Sabías que en los estados donde se ha legalizado la marihuana recreativa está aumentando el número de niños pequeños que acuden al hospital con síntomas agudos relacionados con el cannabis? En Massachusetts, las llamadas al servicio de control de intoxicaciones relacionadas con niños y comestibles de marihuana se han triplicado. En Michigan, el número de llamadas ha pasado de 6 en 2017 a 59 en septiembre de 2019.

Los comestibles de marihuana pueden ser muy potentes y proporcionar altos niveles de THC, la sustancia química psicoactiva que se encuentra en la marihuana. A menudo, los consumidores novatos de comestibles ingieren cantidades mayores de lo que sugiere el tamaño de la ración que figura en el envase. ¿A quién se le ocurriría comerse la séptima parte de una galleta de chocolate? Desde luego, a un niño no se le ocurriría, y los niños que ingieren comestibles pueden experimentar una amplia gama de efectos, desde sentirse mareados y desorientados hasta perder la capacidad de reacción y tener problemas para respirar.

Los comestibles también presentan un reto diferente para los padres, en concreto para los niños en edad de primaria. El hecho de que cada vez más niños pequeños tengan en sus manos productos comestibles de marihuana, especialmente en los estados donde se ha legalizado la marihuana recreativa, es una preocupación real. ¿Cómo podemos protegerlos fuera de casa sin ser sobreprotectores o "entrometidos"? Por ejemplo, cuando los padres organizan citas para jugar, ¿deberían preguntar si hay comestibles de marihuana en casa? Si es así, ¿están bajo llave y fuera del alcance de los niños? Esperamos que los consumidores sean responsables, pero ¿y si no lo son?

Los peligros de los comestibles de marihuana no sólo afectan a los niños, sino también a los adolescentes. Los comestibles son cada vez más populares entre los adolescentes. Tanto Colorado como Washington, los primeros estados en legalizar la marihuana recreativa, están observando un aumento del consumo de productos potentes como los comestibles entre los adolescentes. Según un estudio publicado en el Journal of Adolescent Medicine el pasado mes de agosto, el porcentaje de adolescentes de Colorado consumidores de marihuana que solían consumir comestibles aumentó de 2% en 2015 a 10% en 2017. Y los padres, educadores y profesionales de la salud están notando el fácil acceso de los adolescentes, a pesar de la edad legal de 21 años. (Washington Post, 16/6/19).

Los altos niveles de THC en los comestibles pueden aumentar la probabilidad de adicción y ya sabemos que los adolescentes que consumen marihuana con regularidad tienen una de cada seis probabilidades de convertirse en adictos (NIDA). El consumo habitual y excesivo de marihuana por parte de los adolescentes está relacionado con un menor rendimiento escolar, mayores tasas de desempleo y puede provocar un descenso del cociente intelectual de hasta 8 puntos (NIDA). El THC administrado en dosis elevadas está relacionado con un mayor riesgo de paranoia y psicosis. Los adolescentes y preadolescentes acuden a la consulta de la enfermera del colegio con los efectos nocivos de la marihuana comestible.

Así pues, ahora que la legalización entra en vigor el mes que viene para los mayores de 21 años, comprometámonos a mantenernos informados y a trabajar juntos para garantizar que los productos derivados de la marihuana lleguen a las manos adecuadas y que nuestros niños y adolescentes estén seguros.

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