Como Educadores de Salud Candor, nos han hecho algunas preguntas interesantes cuando estamos impartiendo un programa a los 4th-8th alumnos de primaria. Desde "¿Por qué nos crece pelo ahí abajo?" hasta "¿Los gemelos idénticos tienen las mismas huellas dactilares?". Estas preguntas difíciles son muchas veces la razón por la que los padres evitan "la charla". Simplemente, no tienen todas las respuestas. Estamos aquí para decirte... ¡que no pasa nada!
Un estudio demostró que los alumnos de primaria y secundaria sólo reciben una media de 1,9 a 5,4 horas de educación sexual durante el curso escolar. Desgraciadamente, las familias no pueden depender únicamente de las escuelas para responder a las preguntas de los niños sobre educación sexual. Eso significa que corresponde a los padres, tutores o adultos de confianza ayudar a llenar los espacios en blanco.
La pubertad puede comenzar a los ocho años y continuar hasta los dieciséis y, como sabemos, ocurren MUCHAS cosas... tanto física como mentalmente. Por lo tanto, no es de extrañar que surjan muchas preguntas. Aquí tienes algunos consejos que te ayudarán con "la charla":
- Deja que Internet te ayude a resolver tus dudas. A menudo, los niños acuden por su cuenta a Internet en busca de respuestas, lo que puede convertirse en un aterrador agujero negro... especialmente cuando se busca educación sexual (puedes imaginarte lo que puede ofrecer un resultado de búsqueda si ésta no está bien elaborada). Utiliza Internet JUNTOS. Busca esas preguntas difíciles y examina los resultados de la búsqueda para identificar las fuentes creíbles... y hazlo cuanto antes. Cuanto antes se produzca "la charla", más fácil será pasar de la conversación sobre el uso de desodorante a la conversación sobre el uso del preservativo.
- Coge las llaves y súbete al coche. Lo creas o no, el coche es el lugar perfecto para empezar la charla. Es un entorno privado en el que el contacto visual es mínimo. Un coche ofrece un escenario con un público cautivo y al principio puede parecer incómodo, pero abre la puerta a futuras conversaciones. Utiliza términos científicos sobre el cuerpo para sentar las bases de conversaciones posteriores y reducir el estigma del sexo. No temas hablar de temas difíciles como el consentimiento, la abstinencia, la orientación sexual y las relaciones sexuales.
- Empieza con una historia. Dependiendo de la edad, una conversación puede empezar con un cuento, una referencia a una canción o a un personaje de una película. Algunos ejemplos pueden ser:
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- "¿Recuerdas cuando anoche vimos ese programa de televisión y se burló del olor corporal de su hermana? Puede que haya llegado el momento de hablar también del desodorante y de los cambios hormonales que se están produciendo en su cuerpo".
- "¿Recuerdas la película de anoche sobre la joven pareja juntos, cómo crees que se sintió al ser presionado de esa manera?"
- "¿Sabes a qué se refieren las letras de esas canciones? Hay que tener cuidado con algunas canciones porque no siempre significan lo que uno piensa".
- Utilice un diario bidireccional. Si un niño se siente incómodo, considere la posibilidad de utilizar un diario bidireccional en el que se puedan compartir preguntas y conversaciones sin estar cara a cara. Llevar un diario puede ser una herramienta valiosa para los niños mientras atraviesan los altibajos de la pubertad y la sexualidad humana.
Los niños son curiosos, quieren saber sobre su ciclo menstrual, las hormonas, las ITS (infecciones de transmisión sexual), el embarazo y cosas que pueden sonrojar a una persona, pero quizá no sepan cómo preguntar. De forma natural, explorarán aquellas cosas en las que se sientan más cómodos... Internet, las redes sociales, hablar con sus amigos, etc. Todo ello, sin el contexto o la orientación adecuados, puede plantear más problemas que respuestas. Tenemos que iniciar la conversación y mantenerla. Hable abiertamente, hable con sinceridad y comparta los valores que son importantes para su familia.
Escrito por: Kimberly Fronk-Educadora sanitaria, Candor Health Education
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